miércoles. 03.07.2024
Lino celebra su gol a la Real / Foto: ATM
Lino celebra su gol a la Real / Foto: ATM

Ha sido el último encuentro de la temporada pero bien puede ser el inicio del camino de la siguiente. El Atlético de Madrid se ha despedido de la Liga con una solvente victoria fuera de casa y en un campo difícil como el de Anoeta. Ha tenido que llegar el final de temporada para ver a un Atlético serio a domicilio. Si entendemos el esperpento ante Osasuna en casa, donde los rojiblancos han sido intratables, como un episodio anecdótico, puede que el Cholo esté sentando las bases de un equipo más competitivo para la próxima temporada, a la espera de las anunciadas incorporaciones que eleven el nivel de la plantilla.

El caso es que con estos tres puntos, el Atlético cierra el curso con 76, sólo uno menos que la pasada campaña, demostrando que no se ha mejorado nada en los últimos años. Ante la Real Sociedad se vio al menos a un equipo con ganas de competir y ganar pese a la intrascendencia del encuentro. Ambos clubes tenían distintos motivos para luchar por la victoria. La Real por dar una despedida digna a su afición y el Atleti por lavar la preocupante imagen del partido ante los navarros.

EL ATLETI, MÁS ENCHUFADO

El partido se lo llevó el mejor. El Atlético salió de inicio mucho más enchufado, agarrado a dos de los más regulares jugadores del equipo. Llorente y Samuel Lino fueron un continuo tormento para la defensa donostiarra. Entre los dos adelantaron al equipo a los 8 minutos con una carrera del madrileño al espacio para mandar el balón al segundo palo donde remató el brasileño. El partido arrancó con el octavo gol de Lino y se cerró, casi al final y con un jugador menos, en otra contra muy parecida en la que la carrera y el pase lo puso Morata y el gol Reinildo.

Entre ambos goles, muchos minutos de control del equipo rojiblanco, que con balón o sin él, mostró una buena imagen en defensa que se traduce en una nueva portería a cero, algo recurrente en el pasado pero que en esta temporada sabe a gloria. Se da la circunstancia de que cuanto mejor es el balance defensivo del equipo, mejor tapa su puerta Oblak. Porque si el esloveno no recogió balones de su portería no fue sólo por sus compañeros, la Real tuvo un par de buenas ocasiones que solventó el guardameta con paradas de mucho mérito.

Más ocasiones claraS tuvo el Atlético para aumentar la distancia antes del final. Remiro también fue protagonista sacando dos balones a Marcos Llorente y De Paul se encontró con el larguero. Menos justificable, por repetitivo, es el error de Morata, que al poco de comparecer en la segunda parte, mandó fuera un mano a mano con el guardameta en una jugada clavada a la que también desaprovechó en Dortmund. El último partido de la temporada volvió a evidenciar la pelea de Morata con el gol y el bajón físico de Griezmann. 

Parece que ante las dudas, el Cholo también ha querido mostrar en este final de curso por qué no ha tirado más del ilusionante fichaje de Vermeeren. El jugador salió esta vez de inicio dejando algunas muestras de lo que puede llegar a ser pero también evidenciando que aún no es lo que se espera de él. Veremos cuál es su papel en un futuro cercano porque ya llega el verano, el mercado, las cesiones y los descartes. El fútbol de clubes dice adiós a la temporada hasta mediados de agosto. Para entonces, el profe Ortega ya no será quien prepare físicamente a un equipo que lucirá de nuevo el escudo histórico del Atleti.

Un Atlético solvente cierra la temporada con victoria